Hubo un día una niña
Con ojos de aserrín
Su cuerpo de trapos
Y sonrisa de gris
Un día conoció
A un carpintero
Del cual ella se enamoró
Sin embargo el carpintero
No la amaba
Puesto que no era humana
La niña de ojos de aserrín
Cada día lloraba
Y sus lágrimas
Cuan madera fina largaba
El carpintero un día
La vio llorar
Y cuan fue su rabia
De no haber sacado provecho
De tantas lagrimas.
Uno de mis tantos cuentos, quisiera expresar tantas cosas en estos momentos, pero no sé por dónde comenzar, pero bueno, eso es harina de otro costal, espero que les guste...
Aúf!