Pan' Labyrinth

Sencillez, Emotividad, Carisma, Inocencia… son cualidades que pude apreciar con toda la magnificencia con la que hoy nos podemos encontrar en el séptimo arte, más allá de películas que se encuentran en el top de la taquilla, hay películas que te hacen valorar cosas, que te recuerdan que hay cosas hermosas por las cuales vivir y morir… te muestran que hay más de lo que tus ojos pueden contemplar en el mundo en el que hoy estamos insertos.Así fue mi encuentro con aquella película que no hizo más que mostrarnos un mundo mágico, y lo expreso de modo literal, porque esta película logró adentrarme en un mundo que jamás creí que alguien más que yo pudiera visualizar, siempre he creído en las hadas, en la belleza de la naturaleza y en la paz que hay entre los miles de seres que habitan entre nosotros, sin que lo notemos, puesto que cada vez nos volvemos menos “receptores” de aquello que se denomina magia.

Un resplandor, un brillo, nadie lo nota, simplemente es normal, pero en personas como yo, que siempre buscamos el porqué de las cosas, intentamos visualizar más allá de nuestras narices (como decía la mítica Mary Poppins) sencillamente hay algo más, inexplicable, que está expectante esperando que aquella luz que todos poseemos cuando somos niños e inocentes, perdure por nuestra vida.Pero no nos alejemos de lo que habíamos comenzado, películas como “El Laberinto del Fauno” (Pan’s Labyrinth) son las que te hacen recordar todo lo anteriormente expuesto, y te hacen remontar hasta tus sueños más inocentes, e incluso te vuelven vulnerable y susceptible a creer en todo lo que te han de decir, acerca de lo inexplicable, claro.

La película, si bien tiene un contexto histórico bastante fuerte (Guerra Civil Española), sabe capturar aquellas emociones guardadas en el fondo de tu alma, y permite que puedas adentrarte en el mundo de Ofelia, que es la protagonista del filme.La banda sonora cumple un rol muy importante, y a mi parecer está muy bien lograda, tan bien, que logró lo que pocas bandas sonoras crean en mí… un efecto de dependencia diaria, de llantos y melancolías llegando al masoquismo, de tanto oírlas.Pero aún no me queda claro, porque son estas cosas las que me ponen triste, ¿por el hecho de que me recuerden mis tiempos pasados?, o simplemente ¿porque cuento con la “sensibilidad” que otros carecen?, eso queda para indagar, lo que si me queda claro que jamás olvidaré a la pequeña Ofelia, que ya se ha transformado en parte de mí, y que incluso encendió aquella llama de inocencia que perdí, y que hoy recupero poco a poco.